La bancarización fuera de Lima solo alcanza a la mitad de los peruanos: ¿Serán los códigos QR la salida a la brecha financiera?

En los últimos años, el uso de billeteras digitales y códigos QR ha crecido a un ritmo sorprendente en el Perú, posicionándose como una herramienta clave para la inclusión financiera. No obstante, las micro y pequeñas empresas (MYPE) —que constituyen el motor económico del país— aún enfrentan barreras estructurales para sumarse plenamente a esta transformación.

El avance de los pagos digitales en Perú

Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), más de la mitad de la población —58% de peruanos— ya usa billeteras digitales. Solo en el primer semestre de 2024, se registraron 688 millones de transacciones digitales, un salto del 77% respecto al mismo periodo del año anterior. Y el crecimiento no se detiene: se proyecta una expansión del 51% anual hasta 2028.

Los códigos QR también ganan terreno. Con un aumento del 85% en su uso durante 2024, diciembre cerró con más de 26 millones de transacciones mensuales, demostrando que esta tecnología ya no es exclusiva de grandes comercios: muchos pequeños negocios han visto sus ventas dispararse luego de adoptarla.

La otra cara: brechas persistentes en inclusión financiera

Pese a los avances, las desigualdades regionales y socioeconómicas siguen siendo un freno importante. La Encuesta Nacional de Capacidades Financieras (ENCP) de 2024 reveló que la bancarización nacional ha llegado al 65%, un avance frente al 54% en 2022. Pero si se analiza por zonas, Lima lidera con un 71% de bancarización, mientras que en provincias la cifra baja al 53%.

Por nivel socioeconómico, los contrastes son aún más marcados: los sectores A y B superan el 85%, pero los sectores D y E apenas alcanzan el 50% y 31%, respectivamente. La falta de confianza en el sistema financiero y la escasa educación financiera continúan marginando a miles de emprendedores del ecosistema digital.

¿Por qué las MYPE no se suben al tren digital?

A pesar del entusiasmo que genera la digitalización de pagos, las MYPE enfrentan múltiples barreras:

  • Costos operativos elevados para acceder a POS o cuentas bancarias.

  • Baja conectividad y acceso limitado a dispositivos móviles.

  • Dificultades para manejar herramientas digitales por falta de capacitación.

  • Desconfianza en la formalización por temor a la carga tributaria.

  • Poca interoperabilidad entre billeteras digitales.

En sectores como la agricultura, el comercio informal rural y entre adultos mayores, el uso de estas tecnologías sigue siendo mínimo. Además, un 22% de los peruanos no tiene acceso adecuado a internet ni a un smartphone, profundizando la brecha digital.

Ligo y el reto de democratizar los pagos digitales

En respuesta a estas barreras, la empresa Ligo ha lanzado una solución pensada especialmente para emprendedores y trabajadores informales. Su sistema de códigos QR sin necesidad de POS ni cuenta bancaria busca brindar una alternativa accesible, segura y rápida para cobrar digitalmente.

Ligo ofrece dos tipos de QR:

  1. QR básico, pensado para vendedores de bajo volumen. Permite recibir pagos directos sin pasar por bancos y sin comisiones.

  2. LigoPay, orientado a MYPE con alto volumen de ventas. Permite centralizar pagos por local, ajustar montos y condiciones, y competir con POS en costos y funcionalidades.

Entre sus ventajas están las transferencias inmediatas, la ausencia de comisiones fijas, la seguridad regulada por la SBS y la separación de ingresos personales y del negocio. Además, la empresa planea integrar próximamente pagos internacionales y compatibilidad con Apple Pay y Google Pay.

Conclusión: digitalizar sí, pero con enfoque inclusivo

El auge de los pagos digitales representa una oportunidad histórica para acelerar la inclusión financiera en el Perú. Sin embargo, si no se abordan con urgencia las brechas de educación, conectividad y confianza, el ecosistema digital podría terminar profundizando desigualdades en lugar de reducirlas.

Herramientas como las que propone Ligo son un paso en la dirección correcta, pero para que realmente funcionen, deben ir acompañadas de alianzas público-privadas, formación financiera y políticas de incentivo específicas para las MYPE.

La revolución digital en las finanzas solo será verdadera si logra llegar también a quien vende en el mercado, al mototaxista, a la agricultora de zonas rurales o al joven emprendedor sin acceso bancario. Porque solo así la inclusión será más que una promesa.